Yo tuve un enemigo, que mis pasos seguía y aunque parezca extraño, yo no lo conocía, mis planes y metas todo desbarataba, mis mejores deseos por él no los lograba. Un día pude encontrarlo, reclamé su cinísmo le destapé la cara y me encontré a mi mismo.
Desde ese día todo se transformó, pues aquel enemigo mi amigo se volvió, mi antiguo subconsciente que antes interfería, después me ayudaba y mis deseos cumplía, una vez que mis planes a él yo confiaba casi sin darme cuenta él solo los lograba, convencía a la gente, confianza me dió, logró oportunidades que ya no malogró.
Hoy estamos de acuerdo y descubrí la verdad, todo me es fácil y nada hay que no pueda lograr, puedo ayudar a otros y no temo al destino por que soy solo yo quien marca mi camino.
Ahora que ya no existe conflicto entre los dos, puedo llegar a todo…… Inclusive a Dios.
(Autor desconocido)
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