jueves, 14 de marzo de 2013

El cielo y El infierno



Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos apetitosos y exquisitos. Sin embargo, todos los comensales lucían hambrientos con gesto demacrado. El motivo era el siguiente: debían comer arroz con una especie de palillos semejantes a los chinos pero no podían, porque eran tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca.

Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara famélica; todos lucían un semblante alegre y respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar, con aquellos largos palillos, al compañero que tenía enfrente.

Leyenda china

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